Cuantas veces habia intentado enterrarlo en su memoria, y aunque dijera ya no mas era otra vez la misma historia...
Y saben por que eran intentos fallidos de olvido? Porque Violeta lo veia a diario, y eso era inevitable....
Por algo ella, lo llamaba: DULCE TORTURA..
Cuanto más se diga ella misma que tiene que olvidarlo, más pensará en él. Y si el olvido es imposilbe para Violeta, talvez tenga que llenar su vida de recuerdos mucho mejores que el de Santiago.
ResponderEliminarUn beso.
:( que triste, un beso. que estés bien
ResponderEliminarHay heridas que sólo el tiempo puede curar...
ResponderEliminarEn ocasiones nosotros mismos deseamos torturarnos con la esperanza... Quién sabe, quizás un día las tornas cambien y todo ocurra tal y como deseamos. Yo sigo torturándome. ¡¡Bendita esperanza!!
ResponderEliminarBesitos desde http://my-coffeeandcigarettes.blogspot.com/
Siempre ocurre igual cuando menos quieres ver a alguien mas le ves!!!
ResponderEliminarBss
Si Violeta realmente quiere olvidarlo, algún día lo logrará, estoy segura. Eso si, una vez lo consiga, que se acuerde de tirar las cenizas; las malas hierbas pueden volver a salir.
ResponderEliminarAunque... tal vez sólo lo esté enterrando, un poquito más hondo cada vez, porque no está segura de querer deshacerse de él... y no la culpo, nos pasa a todos.
triste :(
ResponderEliminarA lo que a mí se traduciría a una dulce locura...Pero sabes, donde queda da igual verlo, tocarlo o hablarle, cuando queda da igual los km que te separen que hasta que tu cabeza no diga basta no acabará.
ResponderEliminarUn abrazo :)
El tiempo lo cura todo, hasta las torturas más dulces.
ResponderEliminarAl pensar que tienes que olvidar a alguien es inevitable que ese alguien no pare de dar vueltas por todos sitios. Los corazones rotos son adictivos hasta por su portador a menudo. Besos.
ResponderEliminarvenga una sonrisa :)
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