Sabia que no era una princesa de cuento y no esperaba que llegara un príncipe montado en su caballo y le ofreciera amor eterno, entendía bien que solo eran simples cuentos. Así que no desperdicio su tiempo a esperar a que algo así sucediera, sin embargo ese día decidió ponerse una tiara y sentirse princesa, a jugársela y besar a un sapo que quizás pudiera ser su príncipe encantado…
PD: Hoy no pensaba actualizar, pero tenia que hacerlo porque tenia que devolverle esos lindos comentarios que me dejan, no me gusta que solo los dejen y yo me quede asi, me gusta pasarme y leerlos y asi de alguna forma agradecerles que se hayan pasado, asi que ahora devolvere los comentarios de las 2 ultimas entradas... GRACIAS! :)
Príncipes encantados..puede que hayan muy pocos en el mundo. Besos!
ResponderEliminarBueno por desgracia a día de hoy, pocas somos lo que aún besamos sapos. Y a veces incluso así sufrimos. Un besazo.
ResponderEliminarMucha suerte
ResponderEliminarUn beso
Adoro los cuentos de hadas.
ResponderEliminarPor muy cuentos de hadas que sean, quien no arriesga no gana, ¿no? :)
ResponderEliminarUn abrazo enorme♥
Seguro que alguno de esos sapos será su príncipe, que se hace pasar por sapo para entrar de incógnito en su corazón ;)
ResponderEliminarme encanta, una entrada preciosa.
ResponderEliminarun beso desde http://eldeseodenuncajamas.blogspot.com/
A mi esto de los sapos ...ha llegado un punto en que prefiero no besar a nadie jajaja!!
ResponderEliminarUn besoo
De vez en cuando es bueno sentirse como una princesa!!
ResponderEliminarBss
si, la verdad es que lo pasamos bien por allá(:
ResponderEliminarsabes? te llamas como una de mis mejores amigas jaja que casualidad!
y respecto a tu entrada... a todas nos gusta sentirnos princesas de vez en cuando, y eso no esta nada mal(;
un beso